En los años 90, y aconsejado por Mario Hirsch, estrella ejecutiva de Bunge y Born, Menem y el peronismo menemista impusieron el modelo de los AGRONEGOCIOS. Pasamos del paradigma de la calidad, al paradigma de la cantidad. Dejamos paulatinamente de producir barcos, vagones y vehículos de todo tipo, a producir una infinidad de artículos agroalimentarios con que llenar las góndolas.
Nos convertimos en un país rentístico productor de soja transgénica, y aliviamos el desempleo masivo que fue su consecuencia con crecientes planes asistenciales. Del menemismo pasamos al duhaldismo y del dualdismo al kirchnerismo, pero el MODELO, persistió y se profundizó. Cristina le añadió el feedlot, o sea la producción de carne con engorde en corrales, y Mauricio no sólo persistió en el mismo modelo, sino que hasta compartió el mismo ministro de Ciencia y Biotecnología, Lino Barañao. Con este MODELO, el Peronismo devino manipulador de la pobreza, y hábil constructor de conurbanos de miseria.
Olvidó el proyecto nacional y la Carta ambiental, y aceptó las nuevas reglas de la globalización. Estas reglas fueron: la agricultura industrial y la exportación masiva de soja GM(geneticamente modificada), Pero a la sojización compulsiva correspondió la conurbanización forzada de poblaciones y por lo tanto enormes espacios territoriales vacíos y sin control del Estado. Es importante comprender que la soja no es solamente una planta, sino un SISTEMA. Desde los 90, en ese sistema se impuso la televisión basura y la comida chatarra, la conurbanización forzada y la miseria moral.
La soja no solo aumenta los índices de osteoporosis, sino algo peor, aumenta la pérdida de la autoestima y sobre todo aumenta la disposición a obedecer y la servidumbre social. Hoy la soja está presente en todo lo que comemos, y la sociedad, no solamente es asimètrica e injusta en lo social, sino que es también, la sociedad del simulacro, de la desesperanza, del desarraigo y de la desolación. Al simulacro se lo acompañó con relatos a los que aportó una intelectualidad venal y fueron muchos los que reemplazaron la Carta Ambiental de Perón por los discursos de Gustavo Grobocopatel. Cuando se dice que la Argentina alimenta a 400 millones de personas, no solo se está faltando a la verdad, sino que se está respaldando ese modelo injusto, colonial y rentístico que es EL SISTEMA DE LA SOJA. Cuando se dice que la Argentina alimenta a 400 millones de personas, se están legitimando los más de 30 millones de hectáreas de monocultivos y también los conurbanos de indigencia donde el poroto de soja o sus harinas son parte de la ingesta con que sobrevive la pobreza extrema, la llamada "comida chatarra". Cuando se dice que la Argentina alimenta a 400 millones de personas, se legiitima que la soja es comida de seres humanos, cuando no lo es, ni lo ha sido nunca. El queso de los asiáticos, llamado Tofu, es una excepción, y de un uso mínimo. Requiere fermentaciones sumamente prolongadas, para que se puedan desactivar los efectos negativos de la soja. No es el caso de la Argentina, donde se le dio directamente porotos de soja a los niños, en los comedores para pobres, hasta que niños y niñas sufrieron evidentes distorsiones de origen hormonal que afectaban su normal crecimiento y desarrollo. Estos crímenes, fueron "soslayados", por la dirigencia política después de la crisis del 2001, pero la ingesta de comida "chatarra", persiste hasta nuestros días. A lo largo de los ultimos 25 años, junto al ingeniero Adolfo Boy, y el GRR (grupo de reflexion rural) salimos al cruce de innumerables pelópidas notatbles, que repetían las tonteras que sembrara alguna vez Grobocopatel, respecto a que ¿"cómo podía haber hambre en un país, que producía comida para 400 millones de personas".?..Nunca fue cierto, en todo caso, producimos comida para 400 millones de cerdos chinos, que no es lo mismo. Lo rebatimos al premio Nobel de la paz, lo rebatimos a Juan Car, lo rebatimos al pollo Sobrero, y últimamente a ciertos dirigentes de la CTEP, que persisten en creer que el problema es de distribución, desconocen y se permiten ignorar, todavía , después de 25 años el MODELO DE LOS AGRONEGOCIOS. Ahora es nada menos que el candidato a presidente, y probable ganador de las próximas elecciones el pelópidas que repite semejante "estúpido axioma".Si este tema no se comprende , hay solo una cosa cierta, habremos de seguir de mal en peor y continuaremos con la semicolonialidad y con la actual disolución de la Argentina. //Jorge Rulli, 3 de octubre de 2019.
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